El hombre
ha construido socialmente la ciencia como campo de explicaciones a fenómenos de la naturaleza pero…desde una mirada interesada, desde la posibilidad
de progreso, de solución de problemas, de respuestas a enfermedades, de
manipulación de recursos, es decir desde una mirada antropocéntrica. Casi desde
afuera de al naturaleza, sin ser parte, como “siendo el dueño”, amparándonos en
nuestra (supuesta) condición de privilegio…en la escala de los seres vivos.
Pensar hoy
en la enseñanza de las Ciencias Naturales significa pensar en cuál es el
sentido que los educadores del área encontramos en los contenidos que
seleccionamos y trabajamos con nuestros alumnos.
Surgen
interrogantes que llevan a cuestionarnos que mirada de la Ciencia queremos
trasmitir…en qué momento interrelacionamos la Ciencia con otros campos
disciplinares…que visión del planeta y sus recursos presentamos…desde que lugar
nos posicionamos para interpretar los fenómenos…qué hacemos para la inclusión
de aspectos sociales en lo científico…
Me quedo
con un interrogante que tomo prestado y me atrevo a hacerlo mío…
¿Cómo ha sido posible que hayamos llegado a la
situación actual de estado de guerra declarado entre el ser humano y la
naturaleza?(Leonardo Boff, 1996)…
y sigo
preguntándome: ¿qué compromiso con la naturaleza generamos en nuestros alumnos?
¿Qué consideración de la ética y de los valores proponemos como debate?
¿cómo hace
la escuela para que los alumnos establezcan otras relaciones con el planeta que
no sólo sean de beneficio y consumo?
Nuevo año escolar, nuevas oportunidades, nuevas experiencias, renovadas metodologías y el desafío de repensar nuestras prácticas...